El IVA Cultural y la Peluquería

El IVA cultural y la peluquería
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En alguna ocasión anterior hemos plasmado de forma clara como el mundo de la peluquería es y está ligado a la cultura de forma evidente teniendo en cuenta que la cultura es el conjunto de formas y expresiones que caracterizan en el tiempo a una sociedad determinada.

El termino cultura, que en origen proviene del latín “cultus” -que significa cultivo-, ha evolucionado hasta hacer referencia al cultivo del espíritu humano, su capacidad de expresión en sentido amplio y las capacidades intelectuales de los mismos. Su definición ha ido cambiando de forma cronológica, pero siempre con un denominador común, que son las distintas formas y expresiones de una sociedad determinada. Existe una cultura histórica, mental, simbólica, estructural y tópica y, derivada de ellas, una industria cultural y, por supuesto, una cultura física.

La ausencia de conocimientos o pobreza de los mismos es lo que llamamos incultura, y la línea que separa una y otra es una frontera difícil de precisar.

Los servicios de peluquería, al igual que el resto de la industria cultural, estaba sujeto a un IVA reducido del 8 %. Cuando el gobierno decidió incrementar el tipo del impuesto al 21 % se produjo el efecto perverso del que todos hemos oído hablar en los medios de comunicación. La industria cultural, o bien vio reducida su demanda como consecuencia del incremento de los precios en aquellos sectores que optaron por repercutir ese incremento en los precios, o bien vio mermada su capacidad económica en aquellos sectores que decidieron absorber la subida a costa de su margen de beneficios.

Desde que se decidió subir el IVA a los sectores que tenían un IVA reducido históricamente, dando por hecho que es un impuesto que se repercute en los consumidores y, en consecuencia, muchos de ellos  verían restringido su acceso a tales bienes culturales, ya que significa una mayor carga sobre  los bienes o servicios demandados, produjo un descenso evidente de demanda en los sectores que se vieron afectados. Una subida del 13 % sobre los bienes o productos ofertados es una cantidad muy elevada y difícil de asumir por los consumidores. Más aún si añadimos la repercusión de la crisis económica en las familias traducida en una disminución de ingresos en todas las familias y hogares. Reducción de ingresos y subida de los productos han formado un coctel explosivo cuya única consecuencia posible ha sido la bajada de la demanda y, por lo tanto, del consumo.

En el sector de la peluquería, la mayoría empresarios de autoempleo con comercios de menos de tres empleados se vieron obligados a reducir los costes y a reducir el número de empleados para hacer frente a una demanda que había bajado radicalmente. Y la mayoría tuvieron que optar por asumir y absorber la subida del IVA o parte del mismo para poder mantener el mayor número posible de clientes y subsistir a costa de una reducción casi asfixiante de sus ingresos.

Así pues, en el caso del sector de la peluquería la subida del IVA la ha soportado el productor y no el consumidor, no como ha ocurrido en otros sectores que de inmediato repercutieron la subida al consumidor. Todos sabemos que a este IVA se le ha llamado IVA cultural, pero ¿quién decide qué sectores están incluidos?, ¿Cómo escoge los sectores “culturales”?, y sobre todo, ¿Por qué se ha dejado fuera al sector de la peluquería? Un sector que incluye moda, shows, espectáculos de peluquería, cultura histórica, cultura social, cultura física, etc…

El sector de la peluquería es un sector muy amplio, con una participación muy elevada en la malla empresarial típica de la pequeña empresa de este país. Soporta un alto índice de autoempleo y, en muchos, casos de subsistencia.

Además, la peluquería ha sido el sector que ha tenido que adaptarse en menos tiempo a la subida más alta y ha trabajado y trabaja para ello.

Gala 2016

Por todas estas razones ¿por qué no lo han considerado incluido en el denominado IVA cultural? ¿Por qué no le devuelven, como a tantos otros sectores del mundo de la cultura, el esfuerzo titánico que está haciendo para mantener el empleo?

Este artículo sólo pretende ser una alusión al sentido común del que hacen gala nuestros representantes público para que reflexionen y adopten una medida que es, simplemente, de justicia.

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